CAPITULO CUATRO
ZITAO
Miró su reloj y asintió manteniendo su mirada alejada de mí. —Te escucho, pero me tengo que ir o llegaré tarde al trabajo.
Bueno eso había sido mejor que las anteriores veces que lo había intentado, tal vez por fin me había escuchado. Lo tomé de la mano y nos dirigimos hacia la puerta.
—No me has respondido acerca de adónde vas.
—Les prometí a Taemin y Key, que hoy los ayudaría en el viñedo de nuevo. —Dejó caer la mano en el mismo segundo en el que entramos al pasillo, y suspiró mientras se estiraba las perneras del pantalón con ambas manos. Mi compañero era tan anti-PDA que me ponía frenético.